top of page

El juego de armar y desarmar palabras (Página/12 - 7 de febrero de 2016)

Por Karina Micheletto.

 

El libro nació en Salta y ya recorre las librerías de todo el país. También nacieron en Salta las palabras que allí se descubren, con sus respectivos dibujos. Más precisamente, en el ya histórico Taller Azul, que desde 1987 dirige la artista plástica y docente Silvia Katz. Los creadores de este Invencionario son chicos de entre 5 y 14 años que asisten al taller, y las criaturas que inventaron son de la talla del Jirafante: “Al jirafante le gusta andar solito y dormir en una cueva de la selva. Usa su trompa para bañarse y para tomar agua. Le gusta que lo acaricien porque su pelo es muy suavecito, pero no deja que los chicos se le suban. Tampoco se puede tener de mascota porque no entra en la casa”, explica, por ejemplo, Clara Sánchez Igarzábal, de seis años.

 

A través de las coloridas páginas del Invencionario, los lectores descubren también a Rat: “Es un ratón que aprendió rap. Siempre empieza rapenado así: ‘ho-la, soy Rat, y a-sí, voy a can-tar’. Su micrófono es de puro queso, y después de cantar se lo come, lo mismo que las cuerdas de su ukelele, que son de queso cheddar”, cuenta Maximiliano Díaz Cafrune, también de seis. Y Nicolás López Borrelli (12) apunta que “cuando a un adolescente no le importa nada, ni las tareas, las notas de la libreta, la suciedad de su cuarto ni hacerle caso a su mamá, y se pasa todo el día click click click, es un indolescente”. Hay más de Los chicos del Taller Azul palabriendo mundos: “La reglez es la mejor regla del mundo. Se usa para medir pescados y ver si entran en el plato. El tamaño del pez soñado es 23. Se consigue en un mar de color, y la persona tiene que entrar al agua con una brújula que la pueda guiar”, escribió Elisea Barbosa, de siete. Y así, letra a letra del diccionario.

 

Los bebés en clave Isol (Ñ - 22 de diciembre de 2015)

Con mirada extrañada, la escritora e ilustradora narra la llegada de un niño, su mundo mágico, cálido y curioso.

 

Por Nora Lia Sormani

 

Isol es una autora-ilustradora argentina reconocida internacionalmente. Ganó el Premio Golden Apple en 2003 (Bratislava), fue finalista del Premio Hans Christian Andersen en 2007 y 2013, ganó el Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA) en Suecia, y el Premio Konex por el decenio 2004-2013.

 

Para deleite de sus lectores, en 2015 publicó El Menino , obra que confirma que su universo creativo tiene una impronta única, personal, una concepción del mundo definida por la síntesis de palabras e imágenes. El de Isol es un universo que se va profundizando en sus recurrencias, pero que se amplía poéticamente con cada nuevo libro. En sus títulos anteriores – Nocturno , La Bella Griselda , El Globo , Tener un patito es útil , Piñatas , Pantuflas de Perrito , Petit el Monstruo y Tic Tac , entre muchos otros– Isol ya nos había acostumbrado a personajes asombrados por el mundo, niños inteligentes, curiosos, dubitativos, y al juego con el absurdo, lo siniestro, el humor ácido mezclado con cierta ternura.

 

El Menino combina tradición y novedad: es “una historia basada en hechos reales” que cuenta la “caída” de un bebé al mundo de las personas, sus primeros momentos y su gradual adaptación. En realidad, El Menino expresa muchísimo más: nos sumerge en el curioso y mágico mundo de los bebés y la maternidad para desentrañar de manera magistral las distintas funciones, etapas, evoluciones, descubrimientos y formas de habitar el mundo de un bebé.

La infinidad musical / Cabía una vez de David Wapner (Op. Cit. - 3 de enero de 2016)

Por Cecilia Bajour.

 

Cabía una vez” anuncia el título de este libro. El tiempo imperfecto es la contraseña para abrir las puertas a todo juego; una temporalidad que habilita el azar y la experimentación en el habla poética, en la ilustración y en el arte del diseño. Cuando se usa el imperfecto lo imposible es invitado a desestabilizar lo posible. Lo que es convive con lo que no es en el marco de una ley lúdica. Eso lo saben los niños cuando se ponen a jugar e instalan el “¿dale que eras un villano, una extraterrestre, otro u otra?” (las posibilidades de la transformación son infinitas en el juego). El tiempo presente queda en suspenso hasta el regreso desde el otro mundo en que “había una vez”, como en los cuentos.

 

El título de este poemario escrito por David Wapner e ilustrado por Juan Lima juega con  un doble eco que se expandirá luego al abrir el libro: el del guiño al tiempo “otro” de las invenciones y el deslizamiento del significante desde el “haber” al “caber”. La tapa creada por Lima retoma poéticamente estas posibles resonancias jugando con el libro en su carácter de objeto al crear un efecto de profundidad: en una mano nocturna y con huellas sobre un fondo violeta “cabía una vez” una luna calada en su palma. ¿Una luna en su faz creciente? Cabe entonces entrar materialmente en el imaginario propuesto.

Please reload

bottom of page